
La balanza se inclina nuevamente hacía el lado en el que no quiero estar; aquel que está cargado de recuerdos que quisiera olvidar, recuerdos con sabor a nuez y limón, recuerdos tan difusos y tan claros al mismo tiempo, recuerdos escritos en hojas tan frágiles como una pluma; aquellos que vuelven a mi en el momento menos indicado, acompañados de sentimientos que no deseo recuperar... porque si, porque la soledad te invade y no te deja sentir más allá, porque aquel ligero sentimiento de culpa no es suficiente para hacerte cambiar.
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